En enero de 1998, el “sátiro de la bombacha”, Marcelo Ángel Fasano, condenado por 20 violaciones, fue capturado en Buenos Aires. En Córdoba, Marcelo Mario Sajen se suicidó en 2004 tras violar a casi un centenar de mujeres desde 1984. En Neuquén, Luis Alberto Tello perpetró 3 ataques en 13 días, abusando de niñas de 6 y 8 años. Tello, un pintor desempleado, engañaba a sus víctimas ofreciéndoles golosinas para llevarlas a zonas descampadas donde las violaba y las abandonaba. La Policía y la Justicia lograron detenerlo en marzo de 1998 tras su último ataque. Perfiles criminales revelaron su psicología y las secuelas en las víctimas. Tello fue condenado a 13 años de prisión y tratamiento, reincidiendo posteriormente. A pesar de recuperar la libertad, su nombre quedó marcado en la historia de la criminalidad en Neuquén.