El proyecto “Paredes que hablan” de la escuela N° 277 de Centenario busca fortalecer el sentido de pertenencia y mejorar las relaciones entre los estudiantes de 1° a 7° grado. A través de la creación de murales con mosaiquismo, los alumnos colaboran en un entorno que fomenta la creatividad y la cohesión grupal.
La supervisora de plástica, Marcela Malano, ha destacado el impacto positivo en la autoestima de los niños, al ver sus obras en las paredes, lo que ha reducido el bullying y promovido la empatía. Desde 2019, esta iniciativa ha involucrado a estudiantes, docentes y familias, logrando un efecto transformador en la comunidad escolar. La experiencia ha sido tan exitosa que otras escuelas han replicado el modelo, extendiendo su influencia en el distrito.