La planta industrial de agua pesada en Arroyito, paralizada desde hace siete años, ha sido un foco de atención del gobierno de Neuquén, especialmente desde la llegada del gobernador Rolando Figueroa. Recientemente, se logró una prórroga de seis meses en el contrato de conservación de la planta, lo que permitirá mantener el equipamiento y buscar reactivarla. Durante encuentros con directivos de Cambridge Isotope Laboratories, se discutió la posibilidad de vender 80 toneladas de agua pesada al año, con la opción de aumentar a 160 toneladas. Con el interés global en la energía nuclear en aumento, la provincia aspira a formalizar contratos que faciliten financiamiento para la reactivación, estimando una inversión de 60 millones de dólares.