En 2024, Gastón Labrín, un emprendedor de San Patricio del Chañar, comenzó a cultivar hongos comestibles utilizando una técnica sobre sustrato, que permite una producción constante durante todo el año y el reciclaje de residuos orgánicos. Inspirado por un compañero de trabajo y apoyado por el Centro PyME-ADENEU, Gastón reformó un galpón para desarrollar su emprendimiento, que incluye la elaboración del sustrato y el cultivo de hongos. Con su marca “Fungus Fresh”, se dirige al sector gastronómico, donde la demanda de este tipo de productos es creciente. La asistencia técnica del centro ha sido clave para el diseño y capacitación del proceso.