Una mujer de Neuquén solicitó cambiar su apellido paterno por el materno ante la justicia de Familia. Criada sin documentos, ahora viuda y con seis hijos, argumentó que el apellido paterno le genera dolor al recordar su abandono paternal y no desea identificarse con él. La solicitud fue presentada con el apoyo del defensor público civil y el juez consideró que existen “justos motivos” para el cambio, incluyendo el impacto psicológico y emocional de sus tempranas pérdidas afectivas. El informe psicológico resaltó que el abandono paterno le generó angustia, mientras que el apellido materno la conecta emocionalmente. Las hijas de la mujer respaldaron la petición y el juez autorizó el cambio, basándose en el reconocimiento social y los motivos emocionales válidos. Este caso pone de manifiesto la posibilidad legal de cambiar de apellido en situaciones especiales, más allá de las circunstancias habituales.